“La abogacía no se
cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia, que
es mil veces más importante que el tesoro de
conocimientos”. ANGEL OSORIO.
Cuando se busca el significado de ÉTICA, definido en un
solo concepto, no podemos aunar mucho, por la cantidad de preceptos que del concepto se pueden hallar, pero
podemos definirla en los parámetros de la Real Academia de la Lengua Española,
definiendo ÉTICA como el “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de
la persona en cualquier ámbito de la vida”, llevándonos al siguiente punto
necesario para la comprensión del presente, y por lo tanto al siguiente
interrogante, ¿Qué es la Moral?, pues definida en los mismos parámetros que la
ética, la Moral la define la RAE así “Perteneciente o relativo a las acciones
de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o
el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva”.
Ergo, podemos entonces abarcar el tema que nos compete y
que de bruces a la sociedad que nos compete hoy por hoy, está demasiado
olvidado, el debate entre la ética y el derecho, que junto a la profesión de la
abogacía, se encuentra tan extinta.
La ética si bien es cierto, prevalece en referencia a los
postulados que de la moral y el conjunto axiológico de cada ser se desprendan,
en el ejercicio de las profesiones, debe ir un poco desdibujado de algunas
realidades personales y debería centrarse en lo correcto y el bienestar del oficio
que se realiza.
En por lo tanto, que el ejercicio de la abogacía, requiere
que desde la misma catedra se empiece el discurso, la ética no sirve de nada
cuando no podemos establecer los parámetros entre lo que es CORRECTO y lo que
es LEGAL, si bien es cierto, en el transcurso de las clases y el material dado
para la misma, se ha podido evidenciar, que de los debates propuestos, el punto
recae entre lo que es el bien y el mal, muchos de nosotros a veces, nos
discrepamos entre lo que es jurídicamente viable y lo que es conscientemente
legal.
Me explico de la siguiente manera, la ética demuestra que
en la enseñanza del niño se le es dable el deber Moral de NO MENTIR, pero
resulta que al tanto del trascurso de la vida, el niño creció y se pregono así
mismo como el magister en el derecho
penal, y a tientas de un proceso, y en el ejercicio de la profesión que nos
compete, el joven abogado, comete el mal llamado PERJURIO o DESLEALTAD
profesional, en boga de mentir ante un jurado a toda costa y con la ligereza
legal que solo le fue confiada en la catedra de la profesión en pro de
desvirtuar a toda costa las imputaciones dadas a su defendido, llevando ello a
la libertad de su defendido sin importarle nada, es ahí, donde debe atacarse y
debe propenderse por más que enseñar la ética de una profesión, hacer entrar en
razón del estudiante, la profesión que procura defender.
Si bien es cierto en el caso expuesto en anteriores líneas,
el abogado no le fue ético ni legal hacer lo que hizo, lo que realmente debió
hacer y que le era CORRECTO en el ejercicio y el buen decoro de la profesión,
no era más que frente a todo medio, su
defendido le prevaleciera un DEBIDO PROCESO, materializarle ese derecho que le
es pregonado a las luces de la constitución y que el abogado debe propugnar por
enaltecer.
Si bien es cierto, que el ejercicio de la abogacía es de
medios y no de resultados el abogado hoy en día, está más preocupado por lo que
en palabras de Doña ADELA CORTINA se vería como, el BIEN EXTERNO, demostrarle
al mundo que puede ser lo que sea, sin importar el BIEN INTERNO, siempre van en
busca de fama y gloria y se proclaman hoy en día como los amos y señores de la
justicia, degradando en forma vil lo que sustancialmente se es viable en normas
y procesos.
Mi propuesta y punto de vista, también se basa en la
entrega a la profesión, luchar por lo que se quiere y no estudiar por el dinero,
que a la suma es lo que hoy en día no lleva a los abogados a estar en la boca
de los demás, una enseñanza de Doña ADELA es cuando nos recuerda que si tomamos
nota de lo caro que sale romper valores éticos, en dinero y en dolor podemos
ver como la inmoralidad seguirá siendo imparable y llenara de costos cualquier
acción a desarrollar
Ninguna sociedad podría funcionar si sus miembros no siguen
una actitud ética. Hoy en la globalización del mundo, es el
dinero el que mancha y tiñe de colores hostiles, lo que de por sí, debe verse
como una profesión de personas altamente estudiadas e íntegramente dispuestas que
en procura de enorgullecerse de su arte.
Ya para concluir a forma de relato quiero exponer lo
siguiente.
Anunciando por aquel entonces, aparecen en las primeras
planas del periódico de mayor circulación de la ciudad, el que sería de los
pocos pero más grandes procesos penales de la historia de aquella, “Condenan
a dos personas por irregularidades en Programa de Alimentación Escolar en…”. –
¡DONDE ESTÁ LA ÉTICA DE QUIEN JUEGA CON LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS!